sábado, 12 de octubre de 2013

Nada es fácil

Sentirme fuera de lugar alrededor de tantas personas que hablan sin cesar es una de mis habilidades. Mi estómago está demasiado presente y se vuelve del tamaño de una nuez que me aplasta la cabeza y la conciencia. No me siento querida, me siento sola y tremendamente incomprendida. Pero hago como si no me diese cuenta y sigo adelante. Mucha gente dice preferir la ignorancia antes de saberlo todo. Puede que el problema al que me enfrente sea que soy incapaz de dejar de analizarlo absolutamente todo. Puede que sea demasiado sensible o insegura como para caminar sola por los senderos. O puede que piense demasiado en todo. Me hago preguntas que me llevan a sitios abandonados y melancólicos a los que me uno sin pensarlo, mi mirada se apaga y entonces suena "If I fell"; la ansiedad crece y no lloro. Solo aparecen nuevas preguntas. La vida es maravillosa, pero cuesta demasiado encajar su forma de reírse de mi misma mientras creo que lo controlo todo. Es difícil, y yo lo empeoro.