miércoles, 18 de noviembre de 2015

Supongamos que te echo de menos... 

¿Volverías? 

Supongamos que...no hay día en que no me acuerde de ti, y cada vez que te pienso tenga que distraerme para poder parar. Supongamos que me atrevo a decirte algo. 

¿Reaccionarías? 

¿Crees que merece la pena empeñar mi orgullo? ¿Empeñar la poesía? 

Supongamos.. que desaparece aquel mes, aquel fin de semana. Supongamos que aquello no acabó conmigo. Supongamos que quiero ir de nuevo a la estación e intentar captar una imagen mientras llega el tren.. y tú con el.

Y ahora... ahora yo supondré que tú aún no me has olvidado, que no has borrado ni una sola fotografía mía, ni un solo mensaje.. ni una sola carta.. que tu intención no era la de alejarme matándome poco a poco. Que aun queda esperanza, que no la hemos desperdiciado toda..



¿Marcarías mi número?



Son las cuatro de la mañana de cualquier día de enero y es tu silencio el único que ahora me despierta al caer la noche. Es tan difícil conciliar el sueño después de habértelo regalado a ti. A veces pienso en llamarte, o escribirte para que me lo devuelvas. Echo tanto de menos a la persona que solia ser antes de conocerte, antes de convertirme en la mitad de todo, de nada. 

Sin ti me sobran la mitad de todos mis cigarrillos, los cinco minutos de más después de apagar el despertador, una cucharada doble de azúcar en el café, media botella de butano al ducharme. Me sobra la mitad de la cama, de la almohada, del sofá. Sin ti las películas las veo enteras y leer antes de cerrar los ojos ha dejado de ser mi estrategia para que me quitaras el libro, y siguiéramos con la poesía debajo de las sábanas. 

Y sin embargo, te fuiste.

Y a mí solo me queda suponer que a ti también te sobran las mismas mitades, que tú también echas de menos mis manos cuando tienes frío, y que Madrid es la mitad de bonito sin nuestros besos en mitad de la Gran Vía. 

Sigo parándome delante de cada tienda de libros viejos, pero ahora sin ti, por si te viera pasar. Sigo notando tu nombre en mi nuca cada vez que me recojo el pelo y sigo notando tus dientes en la cicatriz que me dejaste en la clavícula. 

Ojalá decir que te grabaste en mi piel a fuego fuera solo una metáfora más. 

Ojalá decir que te llevaste mi corazón... no fuese tan real. 

Lo echo de menos, ¿sabes? echo de menos oírlo latir al otro lado de mi pecho. Acunarlo por la noche y leerle a Salinas para que cogiera el sueño. 

Mi amor, 
léele 

Salinas,

que solo él sabe describir en verso, 

lo mucho que a ti..

también 
te 
echo
de 
menos..

martes, 17 de noviembre de 2015

He vuelto a soñar contigo. Estabas tumbado boca abajo en mi cama, y yo no pude evitar abrazarte. Sin embargo, tú llorabas, pedías, suplicabas. Querías alejarte de mí a toda costa.

domingo, 15 de noviembre de 2015

Estoy metida en serios problemas.

Y es que,

que,
te querré
te necesitaré
te echaré de menos
te llevaré conmigo
te recordaré
y te sentiré
toda mi vida.

Y es que.

que,

no.

lunes, 2 de noviembre de 2015

No necesito que me quieras. Necesito que me quieras y que tengas las agallas suficientes para quedarte y demostrarlo, aunque te estés muriendo de miedo.

martes, 13 de octubre de 2015

Amar y desnudarse no siempre va de la mano. Amar, aunque a su vez es también un desnudo, no es ni de lejos sencillo. A mí ambas cosas me parecen complicadas, aunque cada una a su manera, claro. Llamadme anticuada. Porque, seamos realistas, hoy no muchos se desnudan por amor, y pocos aman el desnudo de la persona que han metido en su cama, ¿no es así? Y cuando hablo de amar su desnudo hablo de ver la perfección más allá de la piel de naranja o de unos grandes pechos, porque créeme que si son esas las cosas que ves al desnudarla, eso, eso no es amar amigo mío.
Echo de menos que el desnudo de un cuerpo frente a otro sea mucho más que un acto superficial y sin importancia. Mi desnudez no es sólo mi cuerpo, no son sólo mis piernas, mis pechos, mi trasero o mi espalda, mi desnudez soy yo, es mi cara ruborizada, son mis ojos nerviosos, mis mejillas ardiendo, mis manos temblando.... Como decía un texto que leí hace un tiempo, todos sabemos desnudarnos sin pensar, sin sentir, con la luz de nuestros corazones apagada. Todos somos capaces de meternos en una cama, entre las sábanas de un quién sea, y follar. Punto. Sabemos bien hacer daño, y hacérnoslo a nosotros mismos. Pero ¿y dónde están los valientes que se desnudan por amor? Los que se arriesgan a salir rotos de esa cama, de ese juego entre las sábanas ¿Dónde están los valientes que se quedan a ver su rostro despertar? Cuántos se quedan al desayuno y se dejan enamorar poco a poco de su cara de dormida. Cuántos preparan tortitas para dos, besos en el cuello y caricias de buenos días... ¿Cuántos cuidan lo que hay entre sus sábanas para toda la vida?

lunes, 12 de octubre de 2015

Huele a verano,a madrugada, a quitar la vista de la carretera para besarnos, en plena noche, en plena curva. Y sino hay sitio para aparcar, tú vas y lo inventas. Bendito morbo de tontear con el riesgo y con el botón de tus pantalones mientras conduces. Te pierdes en mis piernas, nos perdemos en la carretera y nos encontramos a besos, en nuestras manos, en el asiento.  
Y yo, que con una mirada tuya, te seguiría al fin del mundo, me dejo liar. Tú tan "Me muero por comerte" y yo tan "Me muero porque me comas".
Huele a salitre y a tu camiseta desabotonada, llena de arena. Es el verano en el que decidí romper con los helados para lamerte solamente a ti. No te cambiaba por nada, ni aun cuando me abrazas y me erizas zonas de la piel que no sabía que se podían poner de gallina. 
                                                                                          Lo mejor del verano se ha venido conmigo.
Tenemos la  mala costumbre de no sentir mientras andamos, de no ser mientras vivimos y de no estar mientras sentimos.

Una vez llegados a este punto solo puedo decir que, mientras seamos, sintamos. Mientras estemos en este mundo hay que sentir. A cada minuto, a cada segundo se nos brinda la oportunidad de sentir todo un mundo de sensaciones que se nos escapan de las manos. Debemos cogerlas bien fuerte, hacerlas nuestras y que recorran todo nuestro cuerpo mientras se inundan de toda nuestra esencia.
Solo así podremos tener una vida plena con sentido. Mientras se no dé la oportunidad de estar aquí, sentir es lo más bonito que podemos hacer.
Y sí, a veces meto la pata descaradamente y hablo más de lo que debería, pero si alguna vez lo dije fue porque lo pensaba —o porque creí que esas eran las palabras que expresaban mis pensamientos—. Y sí, me he equivocado mil veces y habré pedido perdón dos, pero es que para decir esa palabra hay que ser muy valiente y nada orgulloso y yo no soy valiente y, quizás, demasiado orgullosa.
Lo siento si te ofendí alguna vez, no era mi intención, no a ti.
De vez en cuando también me enfurruño, grito, digo palabrotas y lanzo cosas al aire. De vez en cuando la rabia me gana y hago cosas por las que debería pedir perdón y sí, sigo sin pedirlo.
Sé que muchas veces soy difícil, que tengo carácter, que no me dejo guiar, que me encanta llevar la contraria, que me rio a costa de los demás, que ando lejos de la perfección y que no puedes conmigo pero ahí sigues.
Sé que soy un sin sentido, que sabes como empiezo pero no como acabo, que a veces soy imposible, a veces ridícula y a veces idiota. Y también se que hay algo que tú no sabes y es que si me llamas ahora, dejo lo que sea y voy directa a donde tú me digas, con el corazón latiendo a una velocidad digna de una multa. Y si se trata de ti, mis impulsos ganan y mi carácter manda. En ese momento, me volvería imposible para el resto del mundo.
Ahora que lo pienso, tal vez, debería pedirme perdón a mi misma por ello, pero no lo haré. Porque si algo me falta cuando apareces tú, es cordura y si tú eres el monstruo “aquí estoy yo porque he venido”, ojalá te quedes.

domingo, 4 de octubre de 2015

Ya he escrito algunos poemas que hablan de ti.
De nuestras inseguridades.
De nosotros.

Y de ti voy a seguir hablando.

Quiero que todos sepan
que te conocí en junio.
Que te supe antes de verte,
que te sentí mucho antes de tocarte.
Llegaste,
yo no te esperaba.
Encontrarte en las Terrazas,
hablar sobre chorradas,
dejar que me besaras,
la noche en que nos conocimos,
hubo barra libre,
de besos,
desatar mis manos,
alguno de tus botones,
darte mi teléfono,
escribirte en resaca,
buscarte en Internet,
empezar a conocerte,
respetar tus señales,
respetar tus miedos,
respetar tu espacio,
escribirte y describirte,
a través de cien mil palabras,
entender tus silencios,
entender tus miradas,
escuchar tu historia,
leer tu historia,
comerme mi orgullo,
aceptarte a ti y a todo lo que ello conlleva,
aceptar tu poder para hacerme daño,
aceptar que aun teniendo ese poder,
apenas lo has usado,
quedar a escondidas,
patrullar en tu coche,
traerte a mi casa,
beberte a sorbitos,
besarnos culpables,
echarte de menos,
soñarte,
escribirte,
acariciarte,
narrarte mis traumas,
narrarte mis miedos,
tratar de olvidarte,
buscarte en cada bar,
en todas partes,
volver a tocarte,
empezar desde abajo, despacio.

En fin,
cosas que
volvería a hacer
cien mil veces
para quedarme
en tu vida.

sábado, 3 de octubre de 2015

Es por eso que nunca te he prometido nada. Pero nada. Prefiero demostrarte que no quiero jugar contigo sino es  en la cama. No vale de nada prometer buenas intenciones. Hay que demostrarlo con hechos. Las palabras se las lleva el viento.

Ojalá pudiera regalarte lo que siento cuando te miro. Lo que siento cuando me miras. Ojalá pudiera regalarte todo lo que se me pasa por la cabeza cuando oigo tu nombre. Cuando hablamos. Ojalá pudieras ver que solo tengo buenas intenciones que solo quiero darte, de lo mejor de mí, lo aun más excelente de mi. Pero no puedo.

Así que solo puedo quedarme y demostrártelo.
Y solo puedo demostrártelo si "me dejas".

viernes, 18 de septiembre de 2015

Siempre había pensado que mi cama era demasiado pequeña, demasiado humilde como para poder compartirla con alguien... pero desde el día en que me dejaste, te dejaste, nos dejamos caer en ella, se me antoja demasiado grande como para usarla yo sola, sin que tú estés.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Eres a veces daño, otras trampolín, unas abismo, pero siempre refugio. Me haces crecer como persona, y no quiero cansarme nunca de demostrarte que no quiero irme, ni que me dejes ir, ni que te vayas.

Y parece mentira, pero ya han pasado más de 100 días desde que nos conocimos, y siempre, siempre, siempre, fuiste bello porque nunca hubo barreras nítidas entre la amistad, el amor, el deseo o la admiración.

Que cuando faltas, me transformo en una montaña de miedos, ansiedad que acababa transmitiendo a mi alrededor. Pero nunca, nunca, nunca, pienso sentirme responsable de tu ausencia.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Ansiedad

Cuando me despierto tras haber estado soñando contigo toda la noche y me doy cuenta de que no estás.

lunes, 14 de septiembre de 2015

Es cierto que, cuando se habla de felicidad,
siempre faltan palabras para describirla.
Es cierto que, para describirla,
siempre hay que conocerla.
Es cierto que, la felicidad
ni se describe ni se conoce, se siente.
Y yo, siento que una parte de mi felicidad
empieza a tu lado.

domingo, 13 de septiembre de 2015

Un poquito de las mejores palabras de Sara Búho,

...palabras que me llegan al alma, porque ya formaban parte de la misma, pero llegó ella y las puso por escrito. 



Sólo quería que tuvieras la luna un poquito más cerca, 

que supieras que nada es tan difícil,

si dejas de pensarlo un momento,

si me dejas. 

La magia está en hacerte/ hacernos reír a carcajadas.

Y hacerte sentir tú, que seas. 


Qué relativo es existir desde que tú me miras.

No es que no existiera, existía en otras vidas: en la de mis amigos, conocidos, familiares. 

Y en la mía, claro.
Pero no existía en tu mundo. 

No me habías visto.
Ahora me miras. 

Ahora existo para ti y, para mí, es otra forma preciosa de ser.

Y sin embargo, te quiero.

Ojalá entiendas algún día, todo lo que te quiero. Ojalá dejes de tener miedo para empezar a tener la certeza de que por ti lo daría todo. Ojalá dejes de considerarte un problema y empieces a pensar que eres, lo mejor que se ha cruzado en mi vida.
Ojalá me dejaras proporcionarte todo el cariño, y el amor que te tengo preparados.
Ojalá pudieras olvidar tu cárcel para empezar a vivir de verdad todo lo que querías, buscabas y no te supieron dar nunca. Porque follar con alguien es fácil, muy fácil, lo sé por propia experiencia, de primera mano, pero besarte el alma, dejar huella, hacerte feliz, eso, eso no lo hace cualquiera.

Ojalá que nos queden adiós que escondan hasta luegos.

sábado, 12 de septiembre de 2015

Una vez te dije que más de una vez he trasnochado por quedarme a leer un buen libro...

...ahora reconozco, mientras leo las palabras que te escribí en su día y a las 0:50 , que eres mi mayor inspiración y posiblemente, de la mejor literatura que haya saboreado nunca. 


[x/xx/xxxx, xx:xx] (Has conseguido que me arrastre y que luche, como no lo he hecho por nadie y por nada en mi vida).
[7/27/2015, 11:46] Hola. Yo también estoy aquí y no he conseguido quitarte de mi cabeza. Sigo necesitando-te. Aquí me tienes.
[7/27/2015, 11:48] Como te dije en su momento no me has causado ningún daño. Al contrario me has dado mucho más de lo que nunca hubiera pensado, cada vez que hablábamos me sentía completamente libre. Y como te dije, sigo esperándote, porque no puedo hacer otra cosa.
[7/27/2015, 11:52] Lee bien esto […] ni eres un problema ni has provocado alguno. Al contrario, es que no sé cómo decirlo sin decir tacos, no eres un puto problema, eres...de lo más bonito que me ha pasado nunca, joder.
[7/27/2015, 12:02] Es más si fueras un problema para mí. Que no te quepa la menor duda que yo hubiera sido la primera en finiquitar esto y dejar de tener contacto contigo. Pero no, no lo eres.
[7/27/2015, 12:02] Eso es lo que me da rabia, que no lo eres y no sé cómo explicarme o demostrarte que no.
[7/27/2015, 12:16] Yo sigo echándote de menos y sigo queriendo verte.
[7/30/2015, 21:20] Lo entiendo, entiendo que te echaras para atrás, eso dice mucho de ti como persona.
[7/30/2015, 21:23] Como te dije en su momento, no he escrito nunca nada a nadie tan mío, tan personal, tan sincero...todo, absolutamente todo lo que te dije en mi mensaje para despedirme es verdad.
[7/30/2015, 21:24] La diferencia entre el resto de personas y tú, es eso, que el resto sobra, tú no.
[7/30/2015, 21:30] Me he leído ese mensaje demasiadas veces, cuando me fui a Noruega, no paraba de leerlo todas las noches, no paraba de darle vueltas, y es que la respuesta a todas mis preguntas siempre era la misma: sí, vale la pena y sí, sigo pensando exactamente lo mismo que te escribí en su momento.

[x/xx/xxxx, xx:xx]Nunca me he sentido tan bien con nadie más, tan libre.

martes, 8 de septiembre de 2015

"He querido, he adorado y he amado. He sentido mucho en poco tiempo y nada en mucho, y no me arrepiento."

lunes, 7 de septiembre de 2015

¿A qué le temes?

Me pidió tiempo, ¿acaso no sabe ya que siempre estaré para él, que siempre me tendrá para él? Una vez le pedí que me dejara, pero que me dejara hacerle feliz, en infinitos sentidos. Sin embargo, hay algo que siempre le hace salir corriendo. No logro comprender porqué, a lo largo de su escaso espacio de tiempo vital, solo se ha topado con gente que solo ha conseguido destrozarle. Es normal que ahora tenga miedo, que no confíe, que no quiera volver a arriesgarse.

Pero, ¿y si yo necesito a alguien que se arriesgue?, ¿estoy dispuesta a aguantar y aguantar lo que haga falta? ¿para qué? ¿para que al final la respuesta sea un NO? Joder, el precio a pagar es demasiado alto. Le quiero en mi vida, le quiero.


Lo que me tranquiliza y me enorgullece de mi misma, es que, en estos ocho días que ya han pasado, me he dado cuenta de que con cada caída y con cada golpe de muñeca, me vuelvo más y más fuerte. Me he dado cuenta de que le quiero, sí, pero que no le necesito en mi vida para ser feliz, porque ya soy feliz. Me he dado cuenta de lo bien que me encuentro estando sola, de lo gratificante que es saber que me valgo por mí misma para todo. Que primero estoy yo, y luego, luego ya vendrá él.


Lo que me mata es que aun no se ha dado cuenta de lo mucho que puedo ofrecerle, de lo mucho que ganará si se arriesga. Un momento, a lo mejor, soy yo la que peca de extremo narcisismo. Puede que no sea yo lo suficiente buena para él, que no esté a la altura de sus expectativas. Puede que un sinfín de palabras bien escritas y desde lo más profundo de mi alma no basten hoy en día para demostrar hechos y verdades.

Pero, entonces, ¿qué es lo que necesita una persona hoy en día para tener dicha certeza? Ni estoy dispuesta a morir por nadie como en siglos pasados, ni estoy dispuesta a llevarme a nadie a la cama por conseguir vagas muestras de cariño a cambio. Y, de nuevo, me topo con algo que no para de hacerme reflexionar. Por qué si le duele que solo se fijen en su persona por su físico, cuando aparece alguien que lo valora como se merece, tiene miedo. Por qué.


¿Hedonismo?

Piensa en la cantidad de dinero que ahora tendrías si no lo hubieras gastado en fiestas, en ropa, en calzado, en hierba, en tabaco, en viajes...Ahora mismo, no digo que serías rico, pero si tendrías una gran cantidad de pasta con la que hacer algo lo suficientemente grande en la historia de tu vida. 

Piensa en lo bien que te sentirías ahora, si nunca te hubieras dejado llevar por tus emociones, si nunca hubieras luchado por alguien, si nunca te arriesgaste por alguien... Ahora mismo no tendrías que lamentar ninguna pérdida, ahora mismo podrías seguir diciendo que no te han partido el corazón, que no has sufrido por nada de esas historias románticas/melodramáticas.

Piensa en las magníficas notas y resultados académicos cum laude que hubieras obtenido de no ser porque preferiste repartir tu tiempo entre el estudio y salir, disfrutar de tus amigos. 

Piensa en el tipín maravilloso que tendrías si hubieras dejado pasar aquella pizza, aquella hamburguesa con queso derretido o aquel helado de chocolate belga.

Y yo digo que me niego. Me niego a ser más rica, a aspirar a ser alguien que se siente orgullosa de decir que no he sufrido porque no he sentido, a tener unas notas espléndidas a cambio de no tener uno de los tesoros que más quiero, como son mis amigos. Me niego a tener un cuerpazo si para ello tengo que dejar de vivir. Porque vivir, es eso, dejar huella en el camino y que el camino te deje huella. 



sábado, 5 de septiembre de 2015

Te echo de menos

Hola enano, ¿puedo contarte algo? Te echo de menos, tanto, que me duele. En el estómago, en el pecho, en la cabeza. Hay algo que me oprime y no me deja respirar cuando pienso que te alejas, te marchas y que no habrá más de ti en mi vida.

Te echo de menos, a ti. Echo de menos a tu risa, tu sonrisa. Echo de menos acariciar tu pelo, y esa barba, uf, esa barba. Echo de menos perderme mirando en tus ojos, sinceros, y echo de menos la forma en que estos ven el mundo.Porque mirar es una cosa, pero que me mires tú, es otro verbo diferente.Echo de menos escucharte, a ti y a tu filosofía de vida, tu determinación y entereza, tu personalidad, muy diferentes de cuantas he conocido hasta hoy. Echo de menos tus manos...tus besos: en mi frente, en mis labios. Aquel abrazo en aquel banco. Echo de menos tu cariño, tu dulzura, tu paciencia. Echo de menos llamarte enano, aun sabiendo lo grande que eres. Echo de menos tu olor, el de tu perfume, el de tu piel, una droga de la que no quiero desintoxicarme. Necesito tu olor. Quiero dormir (si, ya, solo dormir, quién se cree eso) contigo. Necesito darte tu conflicto de intereses, o sexo del bueno, del que te mereces. Pasar la noche contigo, pero en Groenlandia, que dura seis meses. Echo de menos acariciarte, besarte en el cuello.

Echo de menos, incluso, tus imbecilidades, tus burradas, tus salidas de tono, tu chulería, que me piques, picarte, tus ganas de más, siempre más. Hecho de menos hasta las fotos. Hecho de menos, incluso, lo que no pasó.

¿Pero sabes qué es lo único que no echo de menos de ti? Mis ganas de tenerte cerca, de comerte entero, oh no, esas ganas nunca se han ido, nunca han desaparecido, y lo que es peor, incrementan día a día. Mis ganas de luchar por darte lo mejor de mí,  mis ganas por sorprenderte con detalles que sé que te sacarán una sonrisa, mis ganas de luchar por ti y demostrarte que sigo aquí, y que seguiré aquí, que valgo la pena, demostrarte que puedes tener la certeza de que en mi puedes confiar, para todo. Eres mi mayor vicio, porque nunca una boca me hizo querer volver infinidad de veces a por un beso. Y, sobretodo, tampoco hecho de menos las ganas de hacerlo contigo (una y otra vez), de que me lo hagas, joder, eso sí que me mata, de ganas.

Cómo no me vas a gustar, si solo tú, has conseguido que me guste a mí misma. Solo tú consigues que quiera ser un poquito mejor conmigo misma y solo tú consigues que me sienta completamente libre, que me sienta bien. Solo tú consigues que sea tan valiente como para no tener miedo de escribir estas palabras, consigues que no tenga miedo de ser completamente sincera con alguien. No te puedo prometer ser lo mejor que te ha pasado; pero créeme cuando te digo que me encantaría jugarme lo que sea, por intentarlo.



jueves, 3 de septiembre de 2015

Y un WhatsApp: No me agobies.
Lo más triste es que esta sociedad nuestra ha conseguido invertir los papeles.
Ahora si dices que sientes algo, estás loco.
Es muy pronto.
Muy arriesgado.
Poco inteligente.
Dime tú, cómo lo haces para no sentir algo cuando lo haces.
¿Cómo se finge la vida?

miércoles, 2 de septiembre de 2015

(Te quiero, solo eso)

Intenté ocultarlo demasiadas veces, intenté no decírtelo, Pero ya está, Lo hecho, hecho está. Por más que lo intentase, no podía aguantarme las ganas de decírtelo. Creo, sinceramente, que no es un fracaso. Es una liberación, es apostar el todo por el todo. Es sentirme tan libre ante ti, que el miedo al no ser yo misma es tremendo, es gigantesco, Prefiero arriesgarme, soltarlo, sin más, Como el que coge aire para respirar. Es lo mismo. 

Intenté hacerme la fuerte demasiadas veces. Ahora mismo, pienso, sinceramente, que eso es una pérdida de tiempo. Prefiero apostar, el todo, por el todo. Y sino sale bien, por lo menos tendré la certeza para decir, no fue posible, no pudo ser, no quiso que fuera, no fue. 

Me encanta poder decir que no he llorado aun por ti. Oh no, llorar no. El día que llore por alguien, que sea de felicidad, perdón, será por pura felicidad. Esa es una de mis mayores metas. 

sábado, 29 de agosto de 2015

Nada

Nada...
Nada es este silencio apurando las ideas que no llegan, es aquel cuadro de cara a la ventana en opuestas veredas del movimiento.
Nada son las risas y las lágrimas que envejecen seguramente con el tiempo, que se vuelven sepias entre los dedos del olvido.
Nada es esta inútil montaña de palabras que se arriesgan al mundo de tus pupilas cansadas por la urgencia de decir por decir algo.
Nada más que nada es esto y aquello que nos mantiene en pie esperando, a pesar de todo, la ilusión inquebrantable.
Nada es la vida sin eufemismos; nada es la distancia entre dos puntos que pueden ser personas.
Nada son los caminos que se cruzan, que se cortan, que se vuelven, que se pierden y se encuentran, augurando destinos para todos aquellos que no juegan a confiar en el destino.
Nada es la atención que le prestamos a lo que en realidad importa.
Nada es una tristeza nueva cada vez que salgo a la calle que no sé de dónde viene.
Nada es la monocromía de los días hartos de rutina. Es este sentimiento de no saber lo que se siente.
Nada es esta urgencia de apresurar los pasos en la calle para llegar a tiempo a todo los lugares donde siempre llegamos tarde.
Nada es el cielo si nadie lo mira.
Nada es una persona distante, lejana, perdida, buscando entre versos malavenidos
algo más que nada detrás de la nada. -@carloshopesix
Y yo añado...no te quiero para nada, no te quiero mío, ni me quiero tuya, pero quiero hacerte falta. Tampoco tardo nada en pensarte, hacerte y deshacerte. Porque estás a kilómetros y yo te quiero nada menos que a escasos centímetros. Y que nada es igual y nunca respiro mejor sino es cuando estás cerca, robándome el oxígeno.

DéjAme -

Déjame, pero entrar en tu vida, quiero hacer historia.
Déjame ser parte de tu presente y quedarme a vivir en tu futuro.
Déjame convertirme en un nombre en la historia de tu vida, y no en un número que añadir a tu lista de hazañas.
Déjame mimarte, quererte y darte lo mejor del mundo entero, porque no te mereces menos.
Déjame demostrarte que valgo la pena.
Déjame hacerte feliz, en infinidad sentidos.
Déjame quedarme, déjame estar. Déjame hacerte falta.

VAle(s)

Fuiste la persona por la que un buen día dije que lucharía y no me arrepiento de haberlo hecho. Eres la persona que me demuestra día a día que aquello y todo, valió y vale(s) la pena. Y serás....sinceramente, no tengo ni idea y no me importa qué serás, yo prefiero que seas. Así. En este presente, en este maravilloso ahora, que se transforma en pasado y ojalá que en futuro, conmigo.

viernes, 10 de julio de 2015

Aquí me tienes

Esta, será la última vez que te hable, te lo prometo. Creía que, cuando volviera a verte en persona, no sentiría nada y que ni siquiera tendría ganas de mirarte o de fijarme en ti, pero no fue así. Cuando te vi hoy, se confirmó lo que no quería que se confirmara, me gustas y demasiado y que sin duda te hubiera dado infinidad de besos. Nunca he estado de enamorada de nadie. Sé que no lo he estado, porque no lo he querido, no he querido volverme vulnerable para luego hacerme pedazos y además, siempre he pensado que una mujer enamorada se vuelve completamente estúpida. Pero sí, hoy me di cuenta, de que tú, eres la persona por la que sé que merecería y merece la pena enamorarse, que lo merece por completo. 
Creo que sé los motivos. Como te dije una vez, odio las mentiras, soy incapaz de ocultar casi nada. Aun así, y aunque parezca paradójico, he mentido a todos y cada uno de los chicos con los que he llegado a conectar, a todos. Siempre les he mentido y siempre les he ocultado cosas. Apareces tú y siento que no tengo ningún motivo por el que mentir, por el que ocultar nada. Contigo me sentí libre siempre. Sabía que podría ser yo misma en todo momento, porque nunca me juzgaste. El secreto está en las ganas, no sé qué haces o qué tienes, que aquí me tienes. Intentando no perderte, porque joder, sé cuándo algo vale la pena y sé que quiero ser la excepción y no la regla, no ser lo que te falta pero si lo que te llena.
Contigo siento que puedo hablar de lo que me da la gana, discutir cuando no estamos de acuerdo porque no habrá problema, y sí, reír. Me haces reír, hasta no poder más con tus ocurrencias, con tus dobles sentidos, tu atrevimiento.
Que si me miras querré meterte en mi cama (si esto no es lanzarse y dejar a un lado la timidez, yo ya no sé qué hacer), ese es un placer que no me puedo y que no me quiero perder, porque tú y solo tú has conseguido con un: “me voy a la ducha, ¿te vienes?” Hacerme sentirlo todo sin tocarme un pelo No puedo hacer que el terreno sea menos escarpado, pero si estar a tu lado, no quiero atarte a mí, no. Solo quiero que pase lo que tenga que pasar, que dejes de pensar que eres un impedimento en mi camino, porque no, joder, no lo eres, al contrario, solo me he sentido realmente libre contigo. No puedo pretender estar siempre a tu lado y no puedo pedirte, ni quiero que lo dejes todo de lado, que no vivas tu vida y que si conoces a alguien quien merezca las palabras que hoy te escribo lo dejes pasar porque estoy yo de por medio, es más, quiero que si conoces a alguien que merece estas palabras, me lo digas, porque no me perteneces, es más, nunca he querido una relación en la que nos asfixiemos, pero si puedo darte motivos para que quieras venir a dar conmigo.
En cuanto al tema por lo que todo se fue a pique. El otro día quedé con ella para aclararlo todo. Me echó la bronca, me dijo que nunca jamás, volviera a pensar que ella era un impedimento entre tú y yo, porque además, me dijo que tenía novio (fíjate lo poco que nos conocemos que ni siquiera sabía que tenía novio), me pidió, literalmente, que luchara por esto, por lo bien que me siento cuando te veo y por lo mucho que me aportas. Me dijo que metió mierda sobre ti porque es lo típico que hacen las amigas, pero que realmente pensaba que era un chico que valía la pena y que seguramente nunca me harías daño, no de manera intencionada al menos.

Ya, por último, gracias. Gracias por hacerme sentir tan bien, por hacer que pierda el miedo de ser totalmente sincera, por dejarme conocerte, en serio, eres una de mis más bonitas casualidades. Espero que nunca te hayas sentido agobiado por mi parte, y si es así, lo siento. Un beso, aquí me tienes, como amiga, como lo que quieras. 

sábado, 20 de junio de 2015

-¿Y qué pasó?

-Yo tuve la culpa. Por lo general, no suelo ser sincera a la primera de cambio. Mentí. Como lo hacemos todos, después de eso me perdí a mí misma e intenté explicar con palabras lo que mis actos habían echado por tierra, no sirvió de nada. Él era fiel a sus principios, aun cuando hasta ocultaba detalles obvios a su propio padre.

-¿Por qué evitaste decir la verdad?

-Supongo que era la salida más fácil. Pero después de un tiempo llegué a la conclusión de que si no había sido sincera era porque la persona de la que creía haberme enamorado, no era realmente para mí. Él fue el primero al que le dije esas palabras, creyendo sentirlas, pero en realidad no era así. Tú eres, en cambio, la primera persona con la que no me ha hecho falta mentir, porque no temo. Siento que no debo ocultarme y que te mereces saberlo todo. El día en que te mienta será porque estaré huyendo de ti.

-No sé si sentirme un privilegiado o sentir miedo. Me gusta saber tu verdad y me gusta saber quién eres.  Pero me da miedo saber que huyes constantemente y utilizas la mentira para vivir.


-Eres la primera persona de este mundo que sabe quién soy realmente. Hasta hace un tiempo creí que no iba a encontrarte nunca y de repente nos topamos aquel día, quizá porque el mundo es redondo, o  porque sencillamente tenía que suceder. Sé que es un sentimiento pasajero pero, ¿cuánto tiempo dura el dolor en el pecho? No soporto la sensación de tener la garganta seca, la tristeza que se lleva por dentro cuando ni siquiera ha ocurrido aún nada por lo cual sentir absolutamente nada.

Necesito el clavo que apartará aquello que se ha clavado como un puñal en mi cuerpo y que no quiere salir por más que lo intente. Espero el momento en el que pueda ser totalmente sincera, el día en el que te mire a los ojos y todo vaya bien, sin dramas, porque no tendré que ocultar ni un segundo quién soy, porque sabré que no es necesario. He llegado a la conclusión de que si te mentí fue porque no estaba lista para ser totalmente yo misma. Me engañaba creyendo que sería más fácil pasar por frágil y ocultando mis defectos. Pero es mucho más simple, si me ocultaba era porque probablemente no seas la persona adecuada, pero fastidia, en este momento sí creo que lo seas y me gustaría ser optimista al pensar que lo que estoy sintiendo es otra mentira de las mías. Es ahora cuando detesto la obsesión del ser humano por intentar buscar una realidad más lejana de la que vivimos. Se hace difícil olvidarte cuando le miro a cada segundo, le busco a cada minuto y siento un terrible dolor cuando le veo.