Esta, será la
última vez que te hable, te lo prometo. Creía que, cuando volviera a verte en
persona, no sentiría nada y que ni siquiera tendría ganas de mirarte o de
fijarme en ti, pero no fue así. Cuando te vi hoy, se confirmó lo que no quería
que se confirmara, me gustas y demasiado y que sin duda te hubiera dado
infinidad de besos. Nunca he estado de enamorada de nadie. Sé que no lo he
estado, porque no lo he querido, no he querido volverme vulnerable para luego
hacerme pedazos y además, siempre he pensado que una mujer enamorada se vuelve
completamente estúpida. Pero sí, hoy me di cuenta, de que tú, eres la persona
por la que sé que merecería y merece la pena enamorarse, que lo merece por
completo.
Creo que sé
los motivos. Como te dije una vez, odio las mentiras, soy incapaz de ocultar
casi nada. Aun así, y aunque parezca paradójico, he mentido a todos y cada uno
de los chicos con los que he llegado a conectar, a todos. Siempre les he
mentido y siempre les he ocultado cosas. Apareces tú y siento que no tengo
ningún motivo por el que mentir, por el que ocultar nada. Contigo me sentí
libre siempre. Sabía que podría ser yo misma en todo momento, porque nunca me
juzgaste. El secreto está en las ganas, no sé qué haces o qué tienes, que aquí
me tienes. Intentando no perderte, porque joder, sé cuándo algo vale la pena y
sé que quiero ser la excepción y no la regla, no ser lo que te falta pero si lo
que te llena.
Contigo siento que puedo hablar de lo que me da
la gana, discutir cuando no estamos de acuerdo porque no habrá problema, y sí,
reír. Me haces reír, hasta no poder más con tus ocurrencias, con tus dobles
sentidos, tu atrevimiento.
Que si me miras querré meterte en mi cama (si
esto no es lanzarse y dejar a un lado la timidez, yo ya no sé qué hacer), ese
es un placer que no me puedo y que no me quiero perder, porque tú y solo tú has
conseguido con un: “me voy a la ducha, ¿te vienes?” Hacerme sentirlo todo sin
tocarme un pelo No puedo hacer
que el terreno sea menos escarpado, pero si estar a tu lado, no quiero atarte a
mí, no. Solo quiero que pase lo que tenga que pasar, que dejes de pensar que
eres un impedimento en mi camino, porque no, joder, no lo eres, al contrario,
solo me he sentido realmente libre contigo. No puedo pretender estar siempre a
tu lado y no puedo pedirte, ni quiero que lo dejes todo de lado, que no vivas
tu vida y que si conoces a alguien quien merezca las palabras que hoy te
escribo lo dejes pasar porque estoy yo de por medio, es más, quiero que si
conoces a alguien que merece estas palabras, me lo digas, porque no me
perteneces, es más, nunca he querido una relación en la que nos asfixiemos,
pero si puedo darte motivos para que quieras venir a dar conmigo.
En cuanto al tema por lo que todo se fue a
pique. El otro día quedé con ella para aclararlo todo. Me echó la bronca, me
dijo que nunca jamás, volviera a pensar que ella era un impedimento entre tú y
yo, porque además, me dijo que tenía novio (fíjate lo poco que nos conocemos
que ni siquiera sabía que tenía novio), me pidió, literalmente, que luchara por
esto, por lo bien que me siento cuando te veo y por lo mucho que me aportas. Me
dijo que metió mierda sobre ti porque es lo típico que hacen las amigas, pero
que realmente pensaba que era un chico que valía la pena y que seguramente
nunca me harías daño, no de manera intencionada al menos.
Ya, por último, gracias. Gracias por hacerme
sentir tan bien, por hacer que pierda el miedo de ser totalmente sincera, por
dejarme conocerte, en serio, eres una de mis más bonitas casualidades. Espero
que nunca te hayas sentido agobiado por mi parte, y si es así, lo siento. Un
beso, aquí me tienes, como amiga, como lo que quieras.