viernes, 10 de julio de 2015

Aquí me tienes

Esta, será la última vez que te hable, te lo prometo. Creía que, cuando volviera a verte en persona, no sentiría nada y que ni siquiera tendría ganas de mirarte o de fijarme en ti, pero no fue así. Cuando te vi hoy, se confirmó lo que no quería que se confirmara, me gustas y demasiado y que sin duda te hubiera dado infinidad de besos. Nunca he estado de enamorada de nadie. Sé que no lo he estado, porque no lo he querido, no he querido volverme vulnerable para luego hacerme pedazos y además, siempre he pensado que una mujer enamorada se vuelve completamente estúpida. Pero sí, hoy me di cuenta, de que tú, eres la persona por la que sé que merecería y merece la pena enamorarse, que lo merece por completo. 
Creo que sé los motivos. Como te dije una vez, odio las mentiras, soy incapaz de ocultar casi nada. Aun así, y aunque parezca paradójico, he mentido a todos y cada uno de los chicos con los que he llegado a conectar, a todos. Siempre les he mentido y siempre les he ocultado cosas. Apareces tú y siento que no tengo ningún motivo por el que mentir, por el que ocultar nada. Contigo me sentí libre siempre. Sabía que podría ser yo misma en todo momento, porque nunca me juzgaste. El secreto está en las ganas, no sé qué haces o qué tienes, que aquí me tienes. Intentando no perderte, porque joder, sé cuándo algo vale la pena y sé que quiero ser la excepción y no la regla, no ser lo que te falta pero si lo que te llena.
Contigo siento que puedo hablar de lo que me da la gana, discutir cuando no estamos de acuerdo porque no habrá problema, y sí, reír. Me haces reír, hasta no poder más con tus ocurrencias, con tus dobles sentidos, tu atrevimiento.
Que si me miras querré meterte en mi cama (si esto no es lanzarse y dejar a un lado la timidez, yo ya no sé qué hacer), ese es un placer que no me puedo y que no me quiero perder, porque tú y solo tú has conseguido con un: “me voy a la ducha, ¿te vienes?” Hacerme sentirlo todo sin tocarme un pelo No puedo hacer que el terreno sea menos escarpado, pero si estar a tu lado, no quiero atarte a mí, no. Solo quiero que pase lo que tenga que pasar, que dejes de pensar que eres un impedimento en mi camino, porque no, joder, no lo eres, al contrario, solo me he sentido realmente libre contigo. No puedo pretender estar siempre a tu lado y no puedo pedirte, ni quiero que lo dejes todo de lado, que no vivas tu vida y que si conoces a alguien quien merezca las palabras que hoy te escribo lo dejes pasar porque estoy yo de por medio, es más, quiero que si conoces a alguien que merece estas palabras, me lo digas, porque no me perteneces, es más, nunca he querido una relación en la que nos asfixiemos, pero si puedo darte motivos para que quieras venir a dar conmigo.
En cuanto al tema por lo que todo se fue a pique. El otro día quedé con ella para aclararlo todo. Me echó la bronca, me dijo que nunca jamás, volviera a pensar que ella era un impedimento entre tú y yo, porque además, me dijo que tenía novio (fíjate lo poco que nos conocemos que ni siquiera sabía que tenía novio), me pidió, literalmente, que luchara por esto, por lo bien que me siento cuando te veo y por lo mucho que me aportas. Me dijo que metió mierda sobre ti porque es lo típico que hacen las amigas, pero que realmente pensaba que era un chico que valía la pena y que seguramente nunca me harías daño, no de manera intencionada al menos.

Ya, por último, gracias. Gracias por hacerme sentir tan bien, por hacer que pierda el miedo de ser totalmente sincera, por dejarme conocerte, en serio, eres una de mis más bonitas casualidades. Espero que nunca te hayas sentido agobiado por mi parte, y si es así, lo siento. Un beso, aquí me tienes, como amiga, como lo que quieras.