sábado, 29 de agosto de 2015

Nada

Nada...
Nada es este silencio apurando las ideas que no llegan, es aquel cuadro de cara a la ventana en opuestas veredas del movimiento.
Nada son las risas y las lágrimas que envejecen seguramente con el tiempo, que se vuelven sepias entre los dedos del olvido.
Nada es esta inútil montaña de palabras que se arriesgan al mundo de tus pupilas cansadas por la urgencia de decir por decir algo.
Nada más que nada es esto y aquello que nos mantiene en pie esperando, a pesar de todo, la ilusión inquebrantable.
Nada es la vida sin eufemismos; nada es la distancia entre dos puntos que pueden ser personas.
Nada son los caminos que se cruzan, que se cortan, que se vuelven, que se pierden y se encuentran, augurando destinos para todos aquellos que no juegan a confiar en el destino.
Nada es la atención que le prestamos a lo que en realidad importa.
Nada es una tristeza nueva cada vez que salgo a la calle que no sé de dónde viene.
Nada es la monocromía de los días hartos de rutina. Es este sentimiento de no saber lo que se siente.
Nada es esta urgencia de apresurar los pasos en la calle para llegar a tiempo a todo los lugares donde siempre llegamos tarde.
Nada es el cielo si nadie lo mira.
Nada es una persona distante, lejana, perdida, buscando entre versos malavenidos
algo más que nada detrás de la nada. -@carloshopesix
Y yo añado...no te quiero para nada, no te quiero mío, ni me quiero tuya, pero quiero hacerte falta. Tampoco tardo nada en pensarte, hacerte y deshacerte. Porque estás a kilómetros y yo te quiero nada menos que a escasos centímetros. Y que nada es igual y nunca respiro mejor sino es cuando estás cerca, robándome el oxígeno.

DéjAme -

Déjame, pero entrar en tu vida, quiero hacer historia.
Déjame ser parte de tu presente y quedarme a vivir en tu futuro.
Déjame convertirme en un nombre en la historia de tu vida, y no en un número que añadir a tu lista de hazañas.
Déjame mimarte, quererte y darte lo mejor del mundo entero, porque no te mereces menos.
Déjame demostrarte que valgo la pena.
Déjame hacerte feliz, en infinidad sentidos.
Déjame quedarme, déjame estar. Déjame hacerte falta.

VAle(s)

Fuiste la persona por la que un buen día dije que lucharía y no me arrepiento de haberlo hecho. Eres la persona que me demuestra día a día que aquello y todo, valió y vale(s) la pena. Y serás....sinceramente, no tengo ni idea y no me importa qué serás, yo prefiero que seas. Así. En este presente, en este maravilloso ahora, que se transforma en pasado y ojalá que en futuro, conmigo.