viernes, 26 de julio de 2013

Instantes

Soy nefasta en cuanto a relaciones personales y sociales se refiere. Huyo de mis propios sentimientos porque temo. Temo a mi corazón cuando se acelera de repente y provoca que mi cuerpo suba de temperatura, todo ello sin chico de por medio. Recordar momentos pasados provoca que las pulsaciones se aceleren y que mi mirada se pierda para revivir aquel instante. Muchas veces me pregunto si esta ansiedad que me acompaña fielmente, desaparecerá algún día. ¿Es normal que mi respiración siempre se sienta apisonada por una máquina? Siento debilidad por capturar momentos con mi cámara. No podría jamás considerarme a mi misma fotógrafa, pero dedico mucho tiempo a observar a otros. Dicen que la vida está formada por las personas que actúan y las que simplemente se sientan a observar lo que sucede. En ese sentido yo, pertenezco al segundo bando. Quizás mi sensibilidad se tal, que desvaríe de manera desorbitada. Preguntarme sobre lo que sienten o piensan los demás mientras intento capturar un instante, me apasiona. Aunque es irrisorio, me desconozco completamente a mi misma, no me atrevo a  capturar instantes y a preguntarme qué es exactamente lo que siento. ¿Por temor a la respuesta? Por miedo a los hechos.

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